Tras mes y medio de viaje, el hambre comienza a mermar el ánimo de Javier y Manu. Se alimentan de los peces que pescan, cuando pescan, que no es siempre.
Las bancadas de arena no se lo ponen tampoco fácil... Las canoas encallan constantemente y tienen que remolcarlas a pie hasta tierra firme.
En una comunidad les acogen y conocen al “Doctor Frogs”, quien les enseña el poder de la medicina natural. Javier comienza a sentirse mal. La fiebre y la tos no les impiden continuar remando por el río Napo.
Llegan a Mazán y los aventureros tienen que dejar las canoas en un taller para que las reparen. Mientras, ellos aprovechan para coger un tuc-tuc que les lleva hasta Iquitos, donde visitan su mercado y prueban la cocina tradicional amazónica.
Tras hacerse la prueba de la malaria, Javier y Manu consiguen llegar a la desembocadura del río Napo con el Amazonas.