La suerte les acompaña y tras recorrer muchos kilómetros por el Amazonas sin encontrar nada, ni a nadie, conocen a Losa, que trabaja de guardián en una gran mansión. Losa les invita a alojarse en ella.
Javier y Manu continúan viaje y los problemas crecen. Los aventureros sufren un gran susto cuando la policía antipiratería brasileña les confunde con narcotraficantes.
A partir de ese momento, el miedo a los asaltos les hace cambiar de planes. Deciden hacer el tramo más peligroso del río a bordo de un barco que también debe remolcar sus canoas. Pero la operación no resulta sencilla... Nadie quiere remolcar a “Corcho”.
Tras varios días de espera y agotamiento, por fin consiguen que alguien les transporte hasta alcanzar una zona segura.
La aventura de casi cuatro meses sobre el río Amazonas toca a su fin.